Aprende a trabajar bajo presión

Aprende a trabajar bajo presión

Es importante aprender a trabajar bajo presión. Las sociedades actuales son muy competitivas. Se necesita cumplir con muchas metas en lapsos breves. Asimismo, hay metas en paralelo: cumplir con numerosos objetivos a la vez. Por otra parte, el trabajo en equipo implica la opinión y discrepancia de otras personas. Todo esto da como resultado estrés y presión de diversas personas.

No se puede negar que quienes mejores resultados tienen son aquellos que manejan la presión. No es nada prudente huir de esta presión. Hay gente que, erróneamente, cree que la solución es escapar. Saltar de empleo en empleo, hasta encontrar un “sitio paradisiaco” y exento del estrés que causa la presión. Ocurre que las condiciones adversas siempre estarán presentes. Además, sucede que laborar en estas circunstancias devenga algunas bondades.

Beneficios de gestión del trabajo bajo presión

La presión impone terminar el trabajo. Muchas asignaciones, si se dejan sin presión, suelen quedar en el olvido y sin concluirse nunca. También, sucede que los trabajadores exploran habilidades que les resultaban ignotas cuando deben resolver labores en momentos desfavorables. Veamos algunas peculiaridades de la presión:

La presión y sus aportes en los resultados

Ya hemos dicho que la urgencia conlleva a terminar las cosas. Muchas veces, se eliminan cuestiones innecesarias y devaneos inútiles. También, se pone un alto al mito de la perfección. Las personas creen que el mejor trabajo es el perfecto. ¡No! El trabajo que se hace es mejor que el perfecto, así de simple.

Otro aporte es que se buscan soluciones prácticas. La búsqueda del camino más eficiente solo se busca con apremio. Esto genera estrés, es verdad, el cual se debe manejar. Pero tiene sus prerrogativas: tener plazos y algunas incomodidades obligan a los empleados a cambiar, a optimizar su modo de pensar y actuar. Solo de esa manera pueden progresar en su carrera profesional. ¡Todo lo que no cambia se atasca!

¿La presión es beneficiosa para el trabajador?

Casi todos tienden a ver la faceta negativa de este asunto. Sin embargo, es una moneda de dos caras. A continuación, describimos las virtudes de esta condición:

  • Aumenta notablemente la producción. Sin presión, solo se cumple con lo solicitado y no se escala en capacidad de producir.
  • Permite cerrar ciclos.
  • Incrementa la habilidad mental y la creatividad.
  • Fortalece la capacidad de tomar decisiones.
  • Obliga a enfocarse en lo verdaderamente importante.
  • La gente sale de su zona de confort.
  • Obliga a negociar, tener liderazgo y los equipos deben ponerse de acuerdo.
  • Los trabajadores se dedican al trabajo y dejan de lado diferencias personales.
  • Crea la costumbre de priorizar.
  • Se aprende a delegar, pues una sola persona no puede hacer todo.
  • Aprender a ser previsivos: la mejor manera de solventar una crisis es evitar que suceda.
  • Se desarrollan habilidades en cortos periodos de tiempo.

Por último, sucede que la presión desencadena la disciplina. Tal vez, la mala noticia es que quienes no aprovechan la presión sucumben ante ella. Por eso, es necesario aprender a manejarla no únicamente para evitar que nos afecte. Tal vez, lo más importante es aprender a sacarle provecho.

Es saludable trabajar bajo presión

De lo antes comentado, hay que sacar la siguiente conclusión: la presión por sí misma no es mala, lo malo es como la manejamos. En realidad, se trata de una situación: algo así como un día con lluvia o con sol. Por ejemplo, no tener presión y estar en situación laxa en el trabajo también puede acarrear cosas negativas (retrasos, falta de interés en los empleados, no hay crecimiento, etc.). En dado caso, tampoco se puede negar que el exceso de presión es nocivo.

Los trabajadores deben evitar que la presión descalabre su salud. También, que les haga cometer errores. Para no caer en estos problemas, presentamos a continuación algunos consejos de gran utilidad.

Claves para aprender a trabajar bajo presión

¿Cómo trabajar bajo presión? ¿Hay maneras de sacar provecho a esta situación? ¿Qué hacer para evitarla o resolverla? Estas son interrogantes que se formulan quienes deben lidiar con las faenas laborales. Algunas opciones son las sugeridas en el listado a continuación:

  • Aprender a organizar el tiempo: tal vez, el factor tiempo es el más apremiante en situaciones de estrés. Hay que aprender a organizarlo, no solo cómo repartirlo. También, comprender qué cantidad de trabajo se puede hacer por cada cantidad de tiempo.
  • Planificar: otra de las claves importantes, ya que la planificación permite evitar sorpresas. Uno de los detonantes de la presión es que aparezcan cabos sueltos en el trabajo.
  • Visualizar varias soluciones: así como necesaria la planificación, también hace falta versatilidad y flexibilidad. Muchos trabajadores no saben qué hacer cuando lo planificado se sabe de control. Hay que tener bajo la manga varias cartas para jugar cuando parezca algo inesperado.
  • Identificar los “estresores”: se trata de las piezas del juego laboral que causan estrés. Pueden ser personas con mala actitud, algún punto que falla en la cadena de trabajo, equipos o herramientas, etcétera.
  • No tomar nada personal: en instantes de estrés, la gente puede reaccionar de mala manera. Hay que tener en cuenta que es algo natural. Es decir, pensar que si la personas no estuvieran bajo presión no nos tratarán de esa manera. Por lo tanto, su comportamiento es condicionado y  no personal.
  • Cerrar ciclos: no dejar nada pendiente. Las cosas que no se resuelven, se acumulan no se convierten en estorbo posteriormente. Dar por finiquitados los trabajos impide que se generen situaciones de estrés y presión adicional.

Resta ahora responder esta pregunta: ¿hasta qué nivel se puede tolerar la presión? Ya hemos dicho que es beneficiosa si la sabemos aprovechar. No obstante, si se presenta de manera exagerada sin duda que tiene un sesgo negativo. Quizás, una de las primeras características nocivas de la presión es el exceso de trabajo. Identificar cuando, definitivamente, la cantidad de trabajo no se puede realizar en un tiempo determinado.

Por otra parte, un consejo para los trabajadores. Si la presión causa daños en su salud, si la llevan hasta sus hogares y perturba a su familia; entonces es un problema. Corresponde ver si se puede solucionar con planificación, o sea deben plantear si merece sacrificarse por una cuestión laboral.

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